Article de Proyecto 451 (newsletter).
La reciente publicación de la Estrategia Nacional para la Ciencia Abierta (ENCA) plantea a la industria editorial española un enorme reto al que hay que mirar de frente. La ENCA representa una apuesta decidida para impulsar la ciencia abierta, entendida como “una evolución de la forma de producir, financiar, comunicar y evaluar el conocimiento científico”. Alineada con la Ley de la Ciencia (2022), la nueva estrategia insta a los investigadores a publicar en abierto y de inmediato los resultados de investigación generados con fondos públicos, en un claro compromiso por democratizar el acceso al conocimiento científico. Pero además lo hacen en plena reforma de la evaluación de la investigación y en un momento de reivindicación internacional de un ecosistema de publicación científica no comercial. La escena internacional está dominada por un potente oligopolio editorial que concentra la publicación de una enorme cantidad de producción científica. Las instituciones académicas pagan cantidades astronómicas por acceder a esos contenidos y, también, por publicar en abierto. El informe Global 50. The ranking of the publishing industry 2021 es esclarecedor: encabeza la clasificación RELX Group (Reed Elsevier), el gigante de la edición científica, con 4.797 millones de euros de beneficios en 2020.
Mientras los grandes sellos internacionales llevan años desarrollando programas de publicación en abierto y poniendo en marcha esquemas de financiación específicos basados en el pago de tasas por parte de los autores, las editoriales académicas españolas apenas han iniciado el camino. Su capacidad para adoptar el acceso abierto es muy limitada. Y esto representa un enorme problema, pues aquellos investigadores que decidan publicar su obra con una editorial española y quieran (deben) hacerlo en abierto, se encontrarán con opciones limitadas (El País, 3 minutos).