Article de Proyecto 451 (newsletter).
Les compartimos un muy interesante análisis de Mike Shatzkin con respecto a los desafíos presentes en la industria del libro, a partir de la “no fusión” entre Penguin Random House y Simon & Schuster. El hecho de que esta compra no se haya realizado, obliga de alguna forma a las grandes editoriales a crecer únicamente en forma orgánica (y ya no a partir de apropiarse de otros sellos o catálogos). La pregunta es: en el contexto actual, ¿es posible crecer orgánicamente? Para Mike, esto es bastante difícil que suceda, por dos factores: el origen de los libros y su vida útil, y la forma actual en que los lectores acceden a los libros:
– “Solía ser que todos los libros procedían de editoriales que estaban “en el negocio”. Pero en estos días, la publicación por parte de entidades que no están impulsadas principalmente por fines comerciales, desde autores que se autoeditan hasta entidades que pueden usar libros en beneficio de su negocio principal, es responsable de la gran mayoría de lo que quizás sea un millón de títulos nuevos al año que llegan al mercado. Los editores comerciales, y cada título que publican, tienen mucha más competencia de otros títulos nuevos que llegan al mismo tiempo. Además de esto, los libros antiguos ya no mueren, gracias a la impresión bajo demanda. Un nuevo libro publicado en 1990 habría competido con otros 500.000 títulos posibles por una venta. Hoy, el número de títulos en competencia es de unos veinte millones.”
– Sobre el acceso a los libros “hoy en día, es probable que menos del 30 por ciento de los libros físicos se compren en tiendas minoristas. Los lugares de venta en línea están disponibles para cualquier persona, incluido un autor de 1 libro.”
De acuerdo a Mike Shatzkin, esta situación y el contexto actual indican que las grandes editoriales se irán extinguiendo paulatinamente, a medida que no puedan hacer crecer su lista de fondos, lo que suele servir para sostener el riesgo que asumen con las novedades. Y por lo tanto, deberán recortar sus novedades y reducir su negocio. Esto no significa necesariamente malas noticias para los lectores ni para el ecosistema del libro. Pero sí claramente una señal de que estamos en un momento único en la historia del sector (Idealog, 12 minutos).