Article de Proyecto 451 (newsletter).
Ya sea que se base en creencias alucinatorias o no, en los últimos meses ha comenzado una fiebre del oro de la inteligencia artificial para explotar las oportunidades comerciales anticipadas de los modelos de IA generativa como ChatGPT. Los desarrolladores de aplicaciones, las nuevas empresas y algunas de las corporaciones más grandes del mundo están luchando para dar sentido al sensacional bot generador de texto lanzado por OpenAI en noviembre pasado. Pero si bien las empresas y los ejecutivos ven una clara oportunidad de sacar provecho, el probable impacto de la tecnología en los trabajadores y la economía en general es mucho menos obvio. A pesar de sus limitaciones, entre las que destaca su propensión a inventar cosas, ChatGPT y otros modelos generativos de IA lanzados recientemente prometen automatizar todo tipo de tareas, desde la escritura, crear gráficos hasta resumir y analizar datos. Eso ha dejado a los economistas inseguros de cómo podrían verse afectados los empleos y la productividad general. ¿Hará ChatGPT que la ya preocupante desigualdad de ingresos y riqueza empeore aún más? ¿O podría ayudar? ¿Podría, de hecho, proporcionar un impulso muy necesario para la productividad?
ChatGPT, con sus habilidades de escritura similares a las humanas, y el otro lanzamiento reciente de OpenAI, DALL-E 2, que genera imágenes a pedido, usan modelos de lenguaje entrenados en grandes cantidades de datos. Se vuelven cada vez más poderosos: están entrenados con cada vez más datos, y la cantidad de parámetros, las variables en los modelos que se ajustan, está aumentando dramáticamente. A principios de este mes, OpenAI lanzó su versión más reciente, GPT-4. Si bien OpenAI no dirá exactamente cuán grande es, uno puede adivinar; GPT-3, con unos 175 mil millones de parámetros, era unas 100 veces más grande que GPT-2.
Pero fue el lanzamiento de ChatGPT a finales del año pasado lo que cambió todo para muchos usuarios. Es increíblemente fácil de usar y convincente en su capacidad para crear rápidamente texto similar al humano. Para muchos la facilidad de su uso es una clara evidencia de que la revolución de la IA tiene un potencial real.
La pregunta es ¿quién se va a beneficiar? ¿Y quién se quedará atrás? La visión optimista: demostrará ser una herramienta poderosa para muchos trabajadores, mejorando sus capacidades y experiencia, al tiempo que impulsará la economía en general. El pesimista: las empresas simplemente lo usarán para destruir lo que antes parecían trabajos a prueba de automatización, bien pagados que requieren habilidades creativas y razonamiento lógico.
En pocas palabras, nos encontramos en una coyuntura en la que los trabajadores menos calificados podrán asumir cada vez más lo que ahora se considera trabajo del conocimiento, o los trabajadores del conocimiento más talentosos aumentarán radicalmente sus ventajas existentes sobre todos los demás (Technology Review, 5 minutos).
Enfocándonos particularmente en la industria editorial, los primeros pasos de la Inteligencia Artificial en el sector ya se hacen notar. Todo son dudas, preguntas, indignaciones, temores, sombras, debates. Para explorar estas primeras incursiones de la IA en la industria del libro, WMagazín invitó a reflexionar a escritores como el Nobel de Literatura 2021, Abdulrazak Gurnah; a la ganadora del Booker 2019, Bernardine Evaristo; al autor francés Jean-Baptiste del Amo; a la escritora colombiana y profesora de literatura, Carolina Sanín; a editoras como Pilar Álvarez, de Alianza; a la mexicana y socióloga de la Cultura, Consuelo Sáizar de la Fuente; al historiador inglés Richard Firth-Godbehere; al consultor Javier Celaya y al investigador en narrativas sobre Inteligencia Artificial Pablo Sanguinetti (WMagazín, 5 minutos).
Para finalizar, les compartimos este artículo que muestra cómo un autor trabaja con herramientas de IA generativa para la ideación, el apoyo y la investigación de sus obras. Es muy interesante de leer para revisar los posibles usos y limitaciones de dicha tecnología (Content Technology, 5 minutos). Y, en vísperas del inicio de la Feria del Libro de Bruselas, Benoit Dubois, director de la Asociación de Editores de Bélgica, nos deja una frase para reflexionar: “ChatGPT puede brindar alivio y eficiencia a los pequeños editores. Es inútil luchar obstinadamente contra la transformación digital. Hay que aprender a domar a esta bestia salvaje que apareció en el horizonte y vivir con ello en lugar de fingir que no existe” (The New Publishing Standard, 2 minutos).